El proyecto presentado está en sintonía con lo alcanzado en siete provincias argentinas (Chubut, Río Negro, Tucumán, Mendoza, La Pampa, Córdoba y San Luis), donde se prohibió este tipo de minería que provoca “un consumo de agua monumental y contamina las napas”. A su vez, también retoma las prohibiciones previamente realizadas en República Checa (2000), Alemania (2002) y Hungría (2009) y la recomendación del parlamento Europeo, en su resolución del 5 de mayo de 2010.
“Hoy es un día de fiesta porque estamos ayudando a instalar una conciencia del medio ambiente y del agua”, manifestó Solanas y recordó que este tipo de mineras tienen “el privilegio de exportar sin control público, reciben un subsidio a sus exportaciones por decretos de Néstor Kirchner”.
Solanas instó a luchar por una conciencia ambientalista cada día más firme y fuerte, porque es el verdadero poder del cambio, un cambio que parte de lo social para modificar la política y la economía. “Les estamos pagando para que se lleven todo y es el único sector que no está obligado a ingresar en la Argentina las divisas de esas ventas. Esto es vaciamiento económico”, finalizó.